Como si hubiera conducido al revés toda mi vida, me he metido sin pensar en la Island Highway, la sensación de conducir por esta interminable playa es alucinante, en algún momento el coche se me ha ido un poco, pero no tengo palabras para describir la sensación.
Más adelante, nos hemos topado con un barco que encalló a orillas de la isla en 1935, el Maheno. La estampa es bastante bonita, hoy por hoy sólo queda el esqueleto oxidado del barco.
Después de tanta emoción he decidido que mi aventura con el coche ha terminado por hoy, así que he cedido mi lugar a Christian, este cambio ha sido un grave error, porque es un empanado de vida y su poca seguridad al volante acojona, no es que nos vaya a matar pero el pobre tiene poca habilidad.
De ahí nos hemos dirigido a las Champagne Pools, son unas formaciones rocosas dónde se forman pequeñas piscinas dónde te puedes bañar, lo de champagne viene porque las olas al romper chocan con las rocas y hacen el festival de las burbujas.
Para terminar el día hemos ido a Middle Rocks dónde hay unas vistas brutales de la bahía.
Finalmente hemos vuelto al hotel, hemos cenado y nos hemos ido andando a la playa para ver las estrellas, todo esto parece muy romántico, pero me sabe mal decir que no lo ha sido en absoluto!!
Sobretodo porque en un momento dado teníamos a un Dingo rodeándonos, tal y como nos habían advertido no nos hemos movido y por suerte se ha ido sin devorarnos. Para terminar el día con un buen sabor de boca, nos hemos bebido unas cervecitas y a dormir.
Foto 4 y 5: Middle Rocks, Fraser Island, Queensland, Austràlia.