sábado, septiembre 20, 2008

13. Argentina salvaje

Si fuera poeta, al Chaltén le escribiría un poema, pero como no lo soy os relataré mi historia durante dos días en la zona.
El Chaltén, también conocida como la capital del Trekking, es un pueblo de sólo 22 años de antigüedad dónde viven unos 400 habitantes, la población más cercana al Chaltén es El Calafate y está a 220Km pasando por una carretera infernal y eso, en tiempo, significa unas 3 horas y media de camino por el NADA más absoluto, ¡una maravilla!
El pueblo está pegadito a la cordillera de los Andes haciendo frontera con Chile y desde aquí es muy popular visitar el Fitz Roy.
En esta población, además de gente podríamos decir normal (ese término no me gusta pero lo digo para que me entiendan) está plagado de hippies de puta madre.
Yo, cómo soy muy simpática y muy loro, conocí a un grupo de hippies bastante bueno y después de meterles un rollo bastante largo sobre Europa, España, Catalunya y por supuesto Messi, la cosa empezó a coger tal forma que al final parecíamos amigos de toda la vida.
Los hippies me llevaron a tomar algo al único bar del Pueblo dónde por supuesto sonaba “regetón”, pero mi cansancio me estaba atormentando así que decidí ir a dormir mi hostal, al llegar encontré la puerta principal cerrada, me entró el pánico a dormir a la intemperie a 5 grados bajo cero y volví al bar en busca de mi nueva familia y cómo buena familia que eran me ofrecieron cobijo en su casa, eso sí, entre pulgas.
Después de la experiencia (y de bastantes picadas de pulgas) nos hicimos bastante amigos, así que al día siguiente me hicieron cruzar un río por una tirolina de 60 metros (dios, que mal lo pasé) e hicimos una caminata hasta un pequeño bosquecillo dónde había unas estupendas vistas del Fitz Roy y dónde como buenos argentinos nos tomamos litros y litros de mate…
Esto de la vida hippie me estaba empezando a gustar y ellos parecía que me integraban bastante en el grupo, me invitaron de nuevo a cenar a su casa (bueno, casa, cabaña, cuchitril, no sé… que cada uno lo llame como quiera), y cómo buenos hippies no trabajadores al día siguiente me acompañaron de nuevo por el monte, así que fuimos a la Laguna Torre…
Que bonito el mundo de los hippies, como me picaron las pulgas, que buen mate, que bonito es el Chaltén, lo añoraré…


Foto1: Tirolina, El Chaltén, Patagonia, Argentina.
Foto2: El Chaltén, Patagonia, Argentina.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Por fin siente usted lo que es que se le coman los insectos y a los de al lado (los jipis) ni los toquen. Ya podrá empatizar un poco con los carne de mosquto, en vez de chotearse en su cara.

Anónimo dijo...

Veig que has tingut experiències de tot tipus, amb picades incloses, son tan futudes com el mosquit tigre?... ja ja ja, la tirolina molt bé.
PTNTS.