14. Argentina salvaje

Y después de 16 horas en autobús, pasando por Chile (ya tengo otro sellito en el pasaporte) llegué a Ushuaia dónde me esperaba la confortable cabaña Golondrina de la estancia Aves del Sur de mi amiga Francis.
Como ya debéis saber Ushuaia es la ciudad más austral del mundo, bueno según los chilenos es otra pero ya se sabe, estos siempre se están pelando.
El primer día me fui a hacer el turista al Parque Nacional Tierra del Fuego, su nombre se debe a que los indígenas que vivían en la zona iban, a pesar de la dureza del tiempo, casi desnudos y siempre, siempre, siempre tenían un fuego encendido.
El parque es absolutamente precioso y muy grande así que sólo visité una parte, entre los varios senderos que hay hice el sendero de la costa.
Oficialmente el parque no está abierto, eso quiere decir que no se pagan las tasas para entrar pero te dejan entrar, eso sí, las condiciones no son las mejores para dar un agradable paseo pues el sendero está destrozado de las tormentas del invierno, (nieve, hielo, barro, árboles caídos) lo que le da un encanto aún mayor.
Compartí todo el trayecto con un turista argentino y menos mal porqué por ahí no pasó ni Dios en 4 horas, entre tanto hielo mi nuevo amiguito sólo empezar se pegó un tortazo bastante importante y a mi que me gusta retar a todo el mundo, lo reté a un concurso a ver quien se caía más veces, ¿saben quien ganó? me imagino que todos habréis acertado, si señor gané yo, me caí más veces, ya se sabe ser patosa es algo que llevo dentro.
Por la noche, cita con mi amiga fueguina Ivanna que me llevó a un buen restaurante y ale a dormir.


Fotos: Senda de la costa, Tierra del Fuego, Ushuaia, Argentina.